El orégano es una planta bien conocida por su uso en la cocina. Crece principalmente en países del Mediterráneo y en algunas regiones del Este de Asia. Se viene utilizando desde la antigüedad también como remedio medicinal.
Es muy rico en compuestos fenólicos, flavonoides y tarpenos. Sus principales componentes incluyen carvacrol, timol, pineno, terpineno, limoneno, linalol, borneol y esteres.
Diversos estudios recientes han confirmado las excelentes propiedades saludables que tiene el aceite de orégano y los efectos beneficiosos que puede aportar al organismo y la salud.
Se sabe que tiene una importante actividad antimicrobiana, antibiótica, antifúngica, antioxidante y antiséptica.
Se ha identificado al carvacrol como el componente activo principal que aporta las extraordinarias propiedades al aceite de orégano. También el timol, otro componente activo, ha demostrado ser de gran importancia.
Algunas investigaciones recientes han demostrado que el aceite de orégano con una concentración alta de carvacrol puede tener el mismo efecto beneficioso que los antibióticos, pero sin los efectos secundarios.
La calidad del aceite de orégano se basa en la especie de planta utilizada y en la cantidad de carvacrol que contiene. El clima, la altura y el tipo de suelo donde crece la planta influyen en gran medida en la riqueza de compuestos activos.
Existen unas 20 variedades de orégano pero no todas ellas tienen la misma riqueza de principios activos. Se sabe que la variedad llamada Origanum Minutiflorum es de las más ricas en carvacrol y timol y por lo tanto la más indicada para fabricar el aceite de orégano.
El aceite de orégano puede ser de gran ayuda para tratar infecciones por bacterias y virus.
Actúa como potente estimulante inmunitario lo que unido a su acción antivírica explica por qué se viene usando con muy buenos resultados para prevenir y tratar infecciones de las vías respiratorias en general, catarros, resfriados y gripes. Es efectivo incluso cuando ya han aparecido los primeros síntomas. Y si la afección es de garganta, resultará de gran ayuda hacer gárgaras con el aceite de orégano mezclado con agua.
Actúa eficazmente en casos de candidiasis, parásitos, verrugas, pie de atleta, picaduras de insecto y calenturas.
También puede tener efectos positivos sobre problemas gastrointestinales. Su efecto estimulante de la secreción de bilis y enzimas apoya y mejora la función digestiva y junto con sus propiedades antisépticas, antifúngicas y antiparasitarias impiden así la proliferación de organismos patógenos en el tracto gastrointestinal.
Otros usos muy prácticos: para combatir la caspa y la seborrea causadas por una infección de hongos en el cuero cabelludo (mezclar unas gotas con el champú). Para mejorar o mantener la higiene bucal y combatir las infecciones.
Fuente: Sura Vitasan
Redactor de Dietética Online.