El brezo es un arbusto de montaña, cuyos ramilletes florales son ricos en taninos, flavonoides y una sustancia de alto valor terapeútico, la arbutina, que es uno heterósido fenólico.
Las propiedades del brezo son muchas y muy variadas y gracias a ellas, podemos tener una dieta rica y equilibrada con un buen aporte de nutrientes y sustancias que benefician considerablemente a nuestro organismo.
El brezo es diurético, antisépico, astringente y hemostático local.
La brecina aumenta la diuresis, por lo que resulta útil en caso de retención de líquidos, oligurio, gota e hipertensión arterial.
Reduce además los edemas, facilita la eliminación de los excesos de ácidos úrico en sangre y disuelve las arenillas en el riñón y la vejiga.
Pero sobre todo se indica para neutralizar los focos de infección localizados en el tracto urinario, como la cistitis, la ureteritis, etc. Su efecto depurativo se aprovecha para tratar afecciones cutáneas, como eccemas y granos, y mitiga el dolor reumático.
Las formas que tiene de tomarse es en infusión, dos tazas al día en ayunas, con plantas que refuerzan su acción, como la cola de caballo y el diente de león.
En tintura alcohólica, hasta 50 gotas diarias en tres tomas, disueltas en zumo o agua. Y en extracto fluido o cápsulas.
Fuente remediosbeta.com
Naturópata