El gel que se esconde en la hoja del aloe vera no solo es bueno para recuperar la piel de quemaduras y cicatrices, también se revela como un complemento alimenticio de extraordinarios efectos beneficiosos para el organismo .
Cuando se pela la hoja de una planta de aloe vera se obtiene una gelatina incolora, insípida e inodora que, preparada y añadida a un zumo, a un gazpacho, a una salsa o a cualquier otro alimento, puede reforzar el sistema inmunológico al incrementar la producción de linfocitos, algo muy recomendable, por ejemplo, para las personas que se han sometido a un tratamiento de quimioterapia.
Pero también palía la pérdida de hierro (es el alimento del mercado que más hierro tiene después de las almejas y los berberechos) y proporciona fibra favoreciendo así el tránsito intestinal.
El catedrático de Química Orgánica de la Universidad de Cádiz, Francisco Macías, lleva dedicado al estudio del aloe vera más de una década y por eso destaca su alto potencial nutritivo, además de su probado efecto como recuperador de la epidermis al ser utilizado como producto de uso tópico y planta medicinal durante siglos.
Una planta de aloe vera contiene lípidos (ácidos grasos insaturados que se eliminan con facilidad), fibra, proteínas y oligoelementos como calcio, sodio, potasio, hierro y germanio.
“Las hojas de aloe vera albergan un 98 por ciento de germanio orgánico”, asimilable por el organismo y que produce una “sensación de recuperación” al reforzar las defensas, apunta el experto.
Si se posee una planta de aloe vera , se pueden utilizar sus hojas cuando tengan unos tres años. El procedimiento consiste en cortar la hoja y quitar la corteza externa. De ahí se extrae el gel transparente, se tritura y filtra.
Fuente efesalud.com
Naturópata