Nuestras necesidades diarias de proteínas son realmente de aminoácidos. Los aminoácidos se clasifican e “esenciales” o “no esenciales”.
Los aminoácidos esenciales (histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina) no pueden ser fabricados por el organismo y deben ser aportados en la dieta o en caso contrario pueden producirse trastornos de la salud.
Los aminoácidos no esenciales son también imprescindibles para la salud pero pueden ser sintetizados en el cuerpo por los aminoácidos esenciales. Ambos aminoácidos, esenciales y no esenciales, intervienen en la formación de hormonas, enzimas, neurotransmisores (mensajeros químicos), anticuerpos y transportadores de nutrientes.
El término “no esencial” puede ser malinterpretado. Aunque la histidina fue considerada en su momento un aminoácido esencial solamente en niños, investigaciones posteriores han determinado que la histidina puede ser también esencial en adultos.
La arginina, ornitina, cisteína, cistina, taurina y tirosina están clasificados como aminoácidos no esenciales, pero pueden ser esenciales en individuos con ciertas enfermedades o carencias nutricionales. Un consumo inferior al óptimo de aminoácidos esenciales aumenta las necesidades del organismo de aminoácidos no esenciales.
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