Se llama Colon Irritable a un síndrome, es decir, a un conjunto de síntomas que aparecen de forma periódica o crónica y que incluye sensación de evacuación incompleta, dolores de tipo cólico, alivio del dolor al defecar, moco en las heces, indigestión, flatulencia, tenesmo (ganas frecuentes de defecar u orinar), trastornos de tipo vasomotor (sudoración, cefaleas, palpitaciones…) y que se caracteriza además porque quien lo padece unas veces está estreñido y otras sufre diarrea.
Se trata de un trastorno de la motilidad que afecta a todo el tubo digestivo, una alteración gastrointestinal más común en las sociedades desarrolladas, y cuyo diagnóstico se apoya en la aparición de la combinación de los múltiples síntomas y mediante el descarte de otras enfermedades, a través de un historial clínico, una exploración física y un estudio de las heces.
Causas
Su etiología es multifactorial tanto a nivel fisiológico, psicológico y dietético. Contribuye a su aparición el abuso de laxantes y de cafeína, el consumo de antibióticos, el uso de hormonas durante largo tiempo, la irregularidad en el sueño y falta de reposo, una dieta desequilibrada y deficiente en fibra, la alergia/intolerancia a ciertos alimentos o alguna enfermedad gastrointestinal previa (ej.: la candidiasis).
Por otro lado, el estado de ánimo, las preocupaciones, el nivel de estrés, la ansiedad, la depresión, la ira, etc., son también factores determinantes; no olvidemos que el sistema nervioso influye mucho en el proceso intestinal y viceversa.
En unos estudios recientes se ha llegado a la conclusión de que se trata del resultado de una mala relación entre la mucosa y las neuronas del intestino denominándola como una “neurosis del intestino”. Las neuronas están más activas de lo normal (hiperactividad neuronal) debido al estrés y por ello el sistema nervioso y digestivo están a su vez hipersensibles poniendo de manifiesto los síntomas previamente citados.
Dieta
– En el caso de colon irritable da mejores resultados la ingesta de fibra soluble procedente de las frutas, verduras, tubérculos y legumbres.
– Tomar con regularidad infusiones digestivas antiespasmódicas, carminativas y digestivas de manzanilla, anís estrellado, raíz de regaliz, menta e hinojo.
Nuestros aliados
– Probióticos y prebióticos para repoblar y mantener en buen estado la flora intestinal favoreciendo la digestión y desintoxicación.
– Ayudas digestivas como enzimas (amilasas, proteasas, lipasas) o la betaína HCl (en caso de deficiencia gástrica), de cara a mejorar las digestiones y evitar un aumento de microorganismos intestinales patógenos.
– Grupo vit.B para reequilibrar el sistema nervioso a la vez que favorece el buen funcionamiento de la musculatura del intestino.
– Psyllium, se trata de una fibra que ayuda a limpiar y a desintoxicar el intestino, beneficiosa tanto en casos de diarrea como de estreñimiento.
– L-Glutamina, un aminoácido que es un componente fundamental del tejido conectivo del tracto intestinal. Es capaz de normalizar la permeabilidad intestinal excesiva y tiene actividad antiinflamatoria de la mucosa intestinal.
Nuevos hábitos a adoptar
Controlar los componentes psicológicos-emocionales, evitando -en la medida de lo posible- el estrés, la ansiedad y los estados de alteración emocional.
Practicar alguna técnica de relajación. Yoga, meditación e incluso la hipnosis. Ejercicios de estiramientos y expansión muscular.
Asegurarse de tener un sueño reparador y regularidad en los horarios.
Fuente bioecoactual.com
Autora: Mareva Gillioz, Dietista y Coach nutricional, especializada en Naturopatía
Naturópata