Varices, ensanchamiento de las venas.

VaricesEnsanchamiento de venas

Muchas personas ven como sus piernas se deforman debido al ensanchamiento de las venas. Este problema, que médicamente es denominado varices afecta según los estudios a una de cada diez personas, siendo las mujeres quienes doblan en número a los hombres en su padecimiento. Esto se achaca fundamentalmente a cuestiones hormonales y a efectos del embarazo (también relacionado con la causa hormonal).

Recuerdo anatómico

La sangre sale del corazón a través de las arterias. Éstas poseen una pared muscular que permite que la sangre, además de ser bombeada por el propio corazón, tenga más dificultad en estancarse en ellas. Sin embargo, una vez ha llegado a los órganos y realizado su función de oxigenación y aporte, la sangre regresa a través de los vasos venosos. Éstos carecen de la pared muscular de las arterias y dicha función la realiza el movimiento de los propios músculos (de ahí la conveniencia de caminar para una correcta circulación venosa). Para que la sangre no quede retenida, las venas poseen unas válvulas que evitan el retroceso, pero en algunas ocasiones dichas válvulas se ensanchan, la sangre puede quedar estancada y provocar las varices.

Paralelamente, las venas poseen una capa elástica que las recubre y que hace que, una vez que la sangre vuelve a circular, la vena regresa a su forma habitual. Pero si el problema no se trata a tiempo, la pared elástica se debilita y la vena no puede regresar a ser como era antes. El resultado son venas ensanchadas, amoratadas y con un aspecto que todos hemos visto en alguna ocasión.

VaricesEstos ensanchamientos pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo, si bien es más habitual en las piernas. Ello es debido a que en la parte superior del cuerpo (por encima del corazón) la gravedad ayuda al retorno venoso, pero en la parte inferior no se da esta circunstancia, y cuanto más lejos del corazón se encuentre la vena más dificultad tiene para ello.

Muchas voces apuntan a que las varices son hereditarias, sin embargo no es exactamente así. Lo que sí se puede heredar es la predisposición a padecerlas. Por otra parte, una vida sedentaria en muchos casos también pasa a modo de costumbre, de padres a hijos, favoreciendo la aparición del problema.

Recomendaciones generales

Tanto desde la medicina como desde las técnicas naturales, se recomiendan una serie de pautas tanto para evitar (o postergar) su aparición, como para que la situación no se agrave. Entre ellas nos encontramos con:

  1. Evitar estar sentado o de pie durante largos períodos de tiempo, moviendo las piernas (caminando) tranquilamente siempre que sea posible.
  2. Si fuera necesario pasar largos períodos de tiempo sentado (por motivos laborales o circunstancias de la vida diaria), flexionar las rodillas y los tobillos con frecuencia levantándose a caminar siempre que sea posible.
  3. Realizar ejercicios como bicicleta, caminar o natación.
  4. Elevar las piernas unos centímetros al finalizar el día (o en momentos de congestión venosa) para evitar la tumefacción y las molestias.
  5. Vendajes compresivos, supervisados por profesionales, que  favorecen el retorno venoso.
  6. En casos extremos puede ser necesaria la cirugía.

Ayudas

Las ayudas que brindan las técnicas naturales son diversas y muy efectivas si se hacen a tiempo. La acupuntura puede favorecer el retorno venoso y reforzar el tejido de sostén tanto de los órganos como de las venas, favoreciendo el retorno venoso.

VaricesLa fitoterapia cuenta con plantas tan importantes como la Hamamelis (Hamammelisd Virginiana) que posee un efecto astringente, hemostático local (evita la extravasación de la sangre), venotónico y vasoprotector (tonifica y protege los vasos sanguíneos), aumentando la resistencia capilar, la elasticidad y reduciendo la permeabilidad. Sus contraindicaciones son gastritis y úlcera gastroduodenal debido a la presencia de taninos. El Castaño de Indias (Aesculus Hipoocastanum) con indicaciones similares a la Hamamelis, siendo también efectiva en hemorroides, tromboflebitis, epistaxis y dismenorreas, siendo sus contraindicaciones el embarazo y la lactancia así como los tratamientos con anticoagulantes. El Ginkgo (Ginkgo Biloba) es otra planta adecuada para este caso que favorece además la circulación arterial y vertebral, siendo indicada también para casos de dificultades de memoria con origen circulatorio, antirradicalar, crisis de hipertensión, principio de demencia senil y obviamente, fragilidad venosa. Sus escasas contraindicaciones son la hipersensibilidad a la propia planta, que puede producir dermatitis, dolores de cabeza y problemas digestivos. Las hojas de la Vid (Vitis Vinifera) actúa contra la fragilidad capilar venosa, dismenorrea (alteraciones del ciclo menstrual), metrorragias (sangrado excesivo en las menstruaciones) y por supuesto, varices. Carece de efectos secundarios salvo en su presentación en extractos hidroalcohólicos (para niños o pacientes en proceso de deshabituación etílica).

La homeopatía posee policrestos como el propio Aesculus Hippocastanum para venas visibles, azuladas y distendidas, Bellis Perennis para varices dolorosas que empeoran con el frío o a consecuencia de traumasmos, Ferrum Phosphoricum para varices en personas jóvenes, Alumen para varices que sangran y endurecimiento de tejidos, Berberis Vulgaris que es especial para varices en las ingles y Zincum para varices en los genitales externos o en las piernas que empeoran durante el embarazo.

Es recomendable que cuando aparece el problema, se consulte a un profesional, ya que de esa manera evitaremos que siga aumentando y provoque diversos riesgos. Es de reseñar que en casos de varices, debe evitarse el masaje en la zona afectada ya que puede dar lugar al desprendimiento de trombos de la propia vena.

Por Rafael Sánchez
Naturópata
Madrid

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