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La Drosera, además se presenta como uno de los remedios más eficaces contra la tos, ya sea ésta seca, productiva o incluso nerviosa, dado que nos encontramos ante una planta con efecto espasmolítico y antibacteriano.
Una de las principales acciones de la Drosera es la tuberculosis, sobre todo en sus localizaciones laringotraqueal, pulmonar, ósea, articular y ganglionar, especialmente en los ganglios cervicales y abdominales.
También se destaca la importancia de este medicamento en los casos de cualquier afección que aparezca en pacientes con una historia familiar o personal de tuberculosis, asma, reumatismos, procesos intestinales, bocio, Basedow, etc.
Incluso ha llegado a hacer desaparecer cicatrices de adenopatías o de procesos tuberculosos, que se han abierto y supurado.
Se muestra igualmente eficaz en casos de faringitis, tosferina, bronquitis, laringitis y asma. Posee igualmente efectos si se usa aplicada sobre la piel, siendo entonces indicada para neuralgias, inflamaciones osteoarticulares, contracturas musculares y dolores musculares.
Otra de las ventajas que nos encontramos en esta planta es la ausencia de contraindicaciones. Ú únicamente debemos tener precaución en niños pequeños y en personas en proceso de deshabituación etílica si el producto tiene contenido alcohólico. También la aplicación de la planta fresca produce una irritación en la piel, por lo que debe ser diluida y siempre con precaución y bajo asesoramiento profesional.
En lo tocante a su dosificación, en infusión se recomienda tomar 15 gramos por litro tres o cuatro veces al día. En extracto fluido (1:1) de diez a veinte gotas de tres a cinco veces al día (recordando que en niños la dosis sería de una a cinco gotas con un máximo de veinte gotas al día que pueden ser diluidas en zumos, infusiones o jarabes).
Para su preparación farmacológica se usa la planta entera.
En homeopatía se administra cuando se presenta una tos seca que puede producir náuseas y vómitos, a veces con un cosquilleo en la garganta. El síntoma clave es que el enfermo se agarra el abdomen por efecto de la tos y empeora al estar tumbado. También se puede usar en casos de hemorragias nasales, salivares o en heces, de color rojo vivo.
Tanto en planta como en homeopatía, es uno de los principales remedios en casos de tos ferina. Samuel Hanneman, el padre de la homeopatía, proponía dar una sola dosis de Drosera Rotundifolia a la 30 CH, que según su experiencia, podía llegar a solucionarla en 7 u 8 días. Pero advertía que no se debía dar una segunda toma, ya que interferiría en la acción de la anterior.
Rafael Sánchez
Naturópata.
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