El incienso proviene de la Boswellia, particularmente la Boswellia sacra y Boswellia carteri. La savia blanca lechosa se extrae de la corteza del árbol, se deja endurecer en una resina de goma durante varios días y luego se raspa en gotitas en forma de lágrima.
Los árboles de Boswellia crecen en regiones africanas y árabes, como el Yemen, Omán y Somalia.
El aceite esencial de incienso se realiza a partir de la destilación al vapor de la gomorresina obtenida del tronco de la planta del incienso, que al contacto con el aire se solidifica. Es un aceite balsámico, aromático y de color amarillo claro o blanco verdoso.