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DESMODIUM
Cuando hablamos de alteraciones hepáticas y biliares, podemos hablar sin duda del Desmodium (Desmodium Ascendens), ya que nos encontramos ante una planta que trata de manera altamente efectiva diversas alteraciones de este tipo.
El Desmodium es una planta parásita que se encuentra principalmente en el África Ecuatorial y en la Amazonia. Si bien se usa comunmente para el alimento de animales, los entendidos en plantas de ambas zonas, conocen desde antiguo su poder en casos de ictericia, hinchazón abdominal, gases y digestiones lentas.
Estudios más recientes, han concluido que resulta muy efectiva para la recuperación de casos de hepatitis, además de prevenir la cirrosis hepática, favorecer el descenso de las transaminasas, fluidificar la bilis y favorecer su expulsión. De la misma manera, se presenta como un gran depurativo hepático y puede ser administrado tanto para recuperar al hígado tras un tratamiento prolongado con fármacos, como para prevenir una situación en la que sea necesaria la administración de dichos compuestos químicos.
Es una planta con un alto contenido en minerales. Se ha encontrado entre sus componentes diversas sustancias cuya función consiste en relajar la musculatura lisa de las vías respiratorias. Es por ello que se puede administrar en casos de alergias y asma, ya que se presenta también como una planta antihistamínica.
No se recomienda su uso en caso de diarreas o náuseas de origen desconocido, pero carece de toxicidad y es una buena opción en casos en los que sea preciso favorecer la regeneración de la célula hepática, tanto si es de origen vírico como alcohólico o incluso de quimioterapia.
En lo tocante a su dosificación, si bien se encuentra en diversos compuestos presentados en líquido, comprimidos o cápsulas, es recomendable su uso en infusión, ya que de esta manera ha mostrado más efectividad.
Para ello herviremos un litro o litro y medio de agua al que agregaremos unos 15 gramos de planta seca. Tras un hervor de diez o quince minutos, lo retiraremos dejándolo reposar otro tanto.
Dicha infusión se guardará en un recipiente cerrado y preferentemente opaco y deberá ser tomada a lo largo del día, intentando tener el estómago vacío (se puede tomar un vaso cada cuatro horas aproximadamente).
No es recomendable utilizar la infusión de un día para otro, ya que el preparado se oxida con rapidez y va perdiendo sus propiedades.
Por Rafael Sánchez
Naturópata
Madrid
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