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La dentición infantil
Uno de los dolores más fuertes son los de los dientes, y por encima de ellos los de los dientes cuando salen por primera vez. También se dice con cierto alivio que afortunadamente no nos acordamos de ese dolor. Pero aunque no se recuerde, es una molestia que existe y que los padres no solo recuerdan, sino que se ven impotentes en muchos casos para evitar los llantos de los hijos cuando los dientes “rompen”.
Dientes de leche
A la primera dentición se la denomina habitualmente “dientes de leche” porque comienzan a salir cuando el niño aún es lactante. Los períodos son variables y no todos los niños tienen los dientes al mismo tiempo, si bien se podría hablar de tiempos generales.
Se tiene como habitual que los incisivos centrales salgan entre los 8 y 13 meses y caigan alrededor de los 6 años; los incisivos laterales suelen salir entre los 8 y 13 meses y caer entre los 9 y 13 años; los caninos salen de 16 a 23 meses y caen de 10 a 12 años; los primeros molares salen entre los 13 y 19 meses y caen entre los 9 y 11 años; y los segundos molares salen entre los 10 y13 meses y can habitualmente entre los 10 y 12 años.
Son pocas las ocasiones en las que nacen niños con dientes, pero en esos casos se evalúa su movilidad, ya que en algunas ocasiones es posible que haya que extraerlos para evitar que el diente se desprenda, el niño se atragante y así evitar el riesgo de muerte por asfixia.
La época de dentición
La época de dentición en los niños se caracteriza por babeos, necesidad de morder, mal carácter, poco apetito, heces sueltas y con moco y obviamente todos los síntomas que denotan un dolor en la boca.
Durante esa época no debemos olvidar que se produce una rotura de la encía y consecuentemente existe un mayor riesgo de infecciones bucales. El organismo produce por ello una mayor salivación y una mayor acidez del pH para evitar que los virus y bacterias ataquen con facilidad esa zona que se ha vuelto más débil.
Todo ello deriva en los típicos babeos, las heces más líquidas o con olor y color más fuerte y erupciones en la piel, especialmente de las nalgas, debido precisamente a esa acidificación que se refleja también en las heces.
Fiebre y otras molestias
Normalmente se toma como algo relacionado directamente con la dentición que el niño tenga fiebre. Sin embargo una dentición no debe producir fiebre. Ésta se produce cuando a pesar de los mecanismos de defensa que el organismo pone en marcha, algún virus o bacteria logran anidar en el cuerpo. La fiebre, como de costumbre, realiza su función de defensa, ya que como sabemos, la mayor parte de virus y bacterias mueren a temperaturas mayores de 38-39 º.
Otra de las complicaciones habituales en los niños en época de dentición son las otitis. Esto es debido a que durante los primeros años de vida, la inclinación de la Trompa de Eustaquio es menor que en los jóvenes y adultos. Ello provoca que un acumulo de mucosidad en la garganta (que no es sino un método de defensa para “cazar” organismos patógenos) pueda derivar a través de la trompa en el oído medio produciendo la consiguiente infección.
Otros motivos de preocupación, si bien en épocas más adelantadas, son las caries y rechinar de dientes. Las primeras suelen ser debidas al consumo de azúcares (especialmente refinados) que merman el calcio de los dientes. Lo segundo puede deberse tanto a un estado de alteración nerviosa debida al dolor de la dentición como a problemas de parásitos intestinales.
Los problemas derivados de la dentición pueden desembocar en otitis, faringoamigdalitis, gastroenteritis, etc. por lo que si la fiebre de un niño en período de dentición supera los 38º o dura más de dos días, es conveniente una visita al médico para descartar infecciones.
Ayudas
Vigilar los síntomas
Al tratarse de un proceso natural y no de un estado de enfermedad, lo único que se puede hacer es intentar evitar el dolor en la medida de lo posible y tratar los síntomas asociados. Evidentemente es conveniente vigilar al niño para que cualquier signo de alerta que nos indique que la dentición está provocando otro tipo de dolencia sea tratado de manera adecuada.
Existen varias plantas con un efecto analgésico, pero al tratarse de niños tan pequeños es más común y más indicado el uso de otras técnicas como la homeopatía si bien puede lograrse cierta disminución del dolor con plantas como la Manzanilla.
Las típicas dermatitis en las nalgas que suelen producirse en esas etapas, pueden ser tratadas con pomadas de Caléndula o de Aloe Vera.
Homeopatía:
La homeopatía puede ayudarnos con policrestos tan interesantes como:
-Calcium Phosphoricum (dentición tardía y complicada, niños débiles, sacudidas musculares y todo ello empeora por la noche),
-Calcarea carbonica (dentición lenta y difícil, costra láctea, fontanelas que no cierran bien, dientes sensibles a aire y frío)
-Chamomilla (quizá el mejor remedio para la dentición, mal carácter, mejora meciendo al niño, trastornos gástricos –vómitos o diarreas- e incluso convulsiones),
-Cuprum Metallicum (encías ulceradas con rechinar de dientes)
-Dolichos Pruriens (encías irritadas que el niño frota constantemente, hinchadas y rojas, peor de noche, el dolor no le deja comer ni beber)
-Kalium Bromatum (vómitos y diarrea, rechina los dientes durmiendo)
-Kreosotum (gran inquietud, necesidad de estar constantemente moviéndose, llanto o gritos toda la noche, vómitos y diarrea con aliento fétido)
-Podophyllum Peltatum (gemidos y movimientos de la cabeza mientras duerme, tos y diarrea, rechina los dientes tando de noche como de día)
-Zincum Bromatum (mucho dolor que le provoca estupor y debilidad y dolores de cabeza y cara).
La dentición infantil es un proceso natural que todo niño debe pasar. Nuestro papel se reduce en este caso a aliviar las molestias que surjan y a evitar que derive en problemas mayores.
Rafael Sánchez
Naturópata.
Redactor de Dietética Online.