El cardo mariano, conocido en latín como Silybum Marianum, es una planta medicinal famosa por sus beneficios hepáticos.
Se le atribuye una potente acción hepatoprotectora, muy eficaz como preventivo, y un destacado efecto antirradicalar que protege a las células de los daños oxidativos.
Su uso se remonta a la medicina tradicional, donde ha sido un aliado en el tratamiento de diversas dolencias hepáticas.
Beneficios Cardo Mariano
Entre sus propiedades, destaca su capacidad para regenerar las células del hígado. Por este motivo, está indicado en enfermedades como la cirrosis, hepatitis (agudas y crónicas) e insuficiencia hepática.
Además, su uso es beneficioso en dispepsias hiposecretoras, hematuria (sangre en la orina), cálculos en el tracto urinario y cistitis, contribuyendo a mejorar la función general del sistema digestivo y urinario.
Sin embargo, esta planta no está exenta de contraindicaciones. No debe usarse en personas con hipertensión arterial ni en tratamientos con antidepresivos del tipo IMAO, como el hipérico, ya que podría desencadenar crisis hipertensivas.
También se debe tener precaución con la planta fresca, ya que puede provocar dermatitis de contacto en pieles sensibles.
Dosificación

La infusión se prepara con una cucharadita de postre por taza, dejando reposar diez minutos, y se toma antes de las comidas principales. En extracto fluido (1:1), se recomiendan 25-50 gotas de una a tres veces al día.
Para casos de hepatitis crónica, los estudios sugieren que la combinación con extracto de grosellero negro (Ribes Nigrum) mejora los resultados.
En tintura (1:10), se toman 50-100 gotas entre comidas. Si se utiliza en extracto seco (5:1), la dosis ideal es de 0,5 a 1 gramo al día.
Además, el cardo mariano puede ayudar a prevenir el daño hepático causado por el consumo excesivo de alcohol o medicamentos hepatotóxicos.
Naturópata