Existen diversas variedades de girasol y sus semillas pueden ser blancas, rojas, amarillas… Sin embargo, las más conocidas y consumidas son grisáceas con rayas blancas.
Tienen una buena cantidad de ácidos grasos y son ricas en minerales tales como el fósforo, el potasio, el magnesio y el calcio.
Por cada 100 gramos de semillas de girasol obtienes:
22 mg de vitamina E
730 mg de potasio
100 mg de calcio
395 mg de magnesio
595 mg de fósforo
8,5 gramos de hidratos de carbono
28 gramos de proteínas
47 gramos de grasas saludables
¿Para qué sirven las semillas de girasol?
Algunas de las bondades que podemos destacar de las semillas de girasol son:
Mejoran la circulación
Esto se debe a los ácidos grasos, que tienen la capacidad de reducir el riesgo de padecer problemas circulatorios, cardíacos o cardiovasculares, como puede ser el infarto de miocardio.
Son excelentes para los deportistas
Contienen mucho potasio y magnesio, siendo fundamentales en los planes de alimentación de los que entrenan de forma profesional, pero también de los que practican deporte por hobby o diversión. Las pipas de girasol son buenas para los que realizan esfuerzos físicos constantemente (por ejemplo, en un trabajo que requiera levantar mucho peso) y ayudan a mejorar el rendimiento físico de manera natural.
Favorecen el funcionamiento cerebral
Esto es así porque las semillas de girasol tienen mucho magnesio y fósforo, dos aliados increíbles para el cerebro. Si tienes que estudiar o rendir un examen, come un puñado de pipas y verás los resultados. Sirven para mejorar la concentración, la memoria y el rendimiento mental en general.
Ideales para el embarazo
Las mujeres en etapa de gestación tienen que consumir una buena cantidad de ácido fólico para que el bebé pueda formarse bien y ella misma no se debilite. Las pipas de girasol son ricas en este nutriente imprescindible para evitar malformaciones en el feto o enfermedades en la madre.
Reducen el cansancio
Si estás necesitando una ayuda natural para tener más energía y vitalidad y no quedarte dormido en cualquier lado, no dudes en comer pipas de girasol. Entre sus tantos componentes, la tiamina (o vitamina B1) permite evitar problemas del sistema nervioso y la fatiga crónica.
Mejoran el aspecto de la piel
Además de ser buenas para la salud, las semillas de girasol nos sirven como tratamiento para la belleza (que, en definitiva, es salud también). Ya que tienen una buena cantidad de vitamina E que nutre y rejuvenece la dermis. Este nutriente es uno de los antioxidantes más potentes que existen.
Fuente mejorconsalud.com
Naturópata