Mirra
Todos sabemos que cuando Cristo nació, los Reyes Magos le ofrecieron oro, incienso y mirra. Se dice que incienso como Dios, oro como rey y mirra como hombre. Aunque quizá fuera más acertado decir que la mirra se le ofreció como sacerdote y sanador, dado el poder curativo y mágico que a ésta se le atribuía y que posteriormente se ha ido demostrando, pero ese sería otro tema.
Lo cierto es que habitualmente, si bien todos hemos oído hablar de ella, no sabemos exactamente lo que es la mirra. Se trata de una gomorresina procedente del Commiphora Abyssinica, un árbol común en Arabia y África tropical.
Con su aceite esencial se embalsamaban los cadáveres. En Egipto se quemaba en rituales de bienvenida a la diosa Isis (se tenía por un producto de protección espiritual, ya que conectaba directamente con el elemento aire y se lograba comunicación con las estancias superiores a través de su consumo). En Grecia los soldados la llevaban encima en forma de ungüento, tanto por sus propiedades mágicas (para protegerse de energías mágicas malignas) como por las físicas (como cicatrizante y desinfectante). Para conseguirla, se debe hacer una incisión en el tronco y recoger las gotas que son segregadas.
Con una textura en forma de pequeñas piedrecitas marrones y de un sabor muy amargo, la mirra (Commiphora Molmol o Mirra Somalí es la variedad más usada), se presenta como uno de los grandes cicatrizantes, antiinflamatorios, astringentes y antisépticos productos ofrecidos por la naturaleza. Otras variedades que podemos encontrar son la Mirra del Yemen (Commiphora Madagascariensis), y Mirra Perfumada o Mirra Bisabol (Commiphira Erythrea).
Se usa frecuentemente en forma de colutorio como tratamiento tópico de las aftas bucales, parodontopatías, faringitis, amigdalitis y después de la extracción de dientes y muelas. Muchos dentífricos tienen mirra en su composición.
De la misma manera, es una buena solución para llagas y heridas de todo tipo.
El aceite esencial para úlceras y heridas, favoreciendo y acelerando los procesos de cicatrización. Igualmente, limpia, desinflama y desinfecta las fosas nasales. Es también efectiva en casos de hemorroides.
Debido a sus principios amargos, hay que tener precaución en su uso por vía interna, ya que se pueden presentar cuadros de irritación gástrica. No es recomendable usarla durante el embarazo debido precisamente a la potencia de su aceite esencial.
La dosificación, se suele hacer en tintura madre (1:10) que se aplica en forma de toques en las heridas o bien diluida en colutorios para efectuar gargarismos. También se puede hacer una infusión en agua.
En homeopatía, la mirra se indica para osteítis crónicas indoloras, sean supurativas o no, y para úlceras cutáneas indoloras.
Rafael Sánchez
Naturópata
Redactor de Dietética Online.