Los alimentos fermentados destacan por sus propiedades, que nos ayudan a fortalecer el sistema inmunitario y favorecen la depuración de toxinas. También nos aportan enzimas para mejorar nuestra salud digestiva .
Ayudan a mejorar la digestión
Las enzimas son necesarias para el proceso digestivo y, por desgracia, el organismo disminuye su producción como parte del proceso de envejecimiento.
Los fermentados concentran una gran cantidad de enzimas digestivas que ayudan a descomponer los alimentos, absorbiendo los nutrientes esenciales y separando las sustancias de desecho.
De paso, regulan el pH del estómago, evitando reacciones inflamatorias, la producción excesiva de jugos ácidos y otros problemas que aquejan su salud.
Regulan la flora bacteriana del intestino
Continuando con sus beneficios para el sistema digestivo, cabe mencionar de forma especial su capacidad para regular el ambiente de la flora bacteriana del intestino.
Dado que contienen cultivos vivos de bacterias saludables, su ingesta regular fortalece la microbiota natural del cuerpo, y aumenta su respuesta frente a los agentes dañinos que afectan la salud.
Estos microorganismos protegen la salud intestinal y, de hecho, son útiles para incrementar la producción de anticuerpos por parte del sistema inmunitario.
Fortalecen la salud ósea
Este tipo de alimentos concentran grandes cantidades de ácido fólico y vitamina B12, ambos necesarios para mantener una buena salud ósea.
Su absorción diaria contribuye a mantener el calcio de los huesos, evitando su desgaste prematuro y la pérdida de densidad ósea en la vejez.
Promueven la eliminación de las toxinas
Los fermentados contienen enzimas naturales que ayudan a enlazar las toxinas a los líquidos y desechos del cuerpo, facilitando su posterior eliminación a través del trabajo de órganos como el hígado, los riñones y el colon.
Fuente mejorconsalud.com
Naturópata