El sistema inmunitario cada vez se está relacionando más con enfermedades degenerativas y mentales, sabiendo que ejerce un control sobre todas las funciones de nuestro organismo.
Ese control está íntimamente ligado con el sistema nervioso. Quién no ha oído alguna vez: «tuve una mala noticia y me salió un herpes», o, «después de aquella semana de terrorífico estrés me empezaron a salir sarpullidos». Son sólo simples ejemplos que relacionan ambos sistemas.
Cuando queremos tratar un sistema inmunológico adecuadamente, también debemos valorar el grado de estrés o nerviosismo de la persona en cuestión, valorando a su vez, por supuesto, sus hábitos higiénico-dietéticos, antecedentes familiares, costumbres, etc., preguntando sobre su entorno familiar, laboral, social y cómo se encuentra interiormente, a nivel emocional, claro está.
Muchas veces se recetan estimulantes inmunitarios y la persona sigue enfermando o tarda mucho tiempo en recuperarse. Si esta persona está sobre-estimulada a nivel nervioso, se auto-agota constantemente provocando una continua bajada de defensas.
En este caso, se recomendaría que tomase algún producto que actuara en sinergia, como por ejemplo, una combinación de extractos secos titulados de melisa, valeriana, lúpulo, amapola y espino blanco, a razón de 1-1-2 (la última toma antes de dormir). Así conseguiríamos una estabilidad y mayor control sobre sus defensas.
Por su parte, los azúcares refinados favorecen la réplica viral, el alcohol, tabaco y algunos fármacos hacen disminuir significativamente las defensas.
En el caso de que una persona esté inmuno-deprimida, y siempre y cuando no tenga una enfermedad auto-inmune (lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, enfermedad de Addison, síndrome de Sjogren, etc.), se podría entender que durante un corto período de tiempo, máximo un mes y medio, se prescriban compuestos fito-terapéuticos con propiedades inmuno-estimulantes como: Echinacea Angustifolia o Purpúrea, Uncaria Tormentosa (uña de gato), Reishi, Shitake y Maitake (hongos).
Por otra parte, la modulación consiste en aportar al organismo nutrientes esenciales para un correcto funcionamiento del sistema inmunitario, sin sobre-estimularlo, ayudándole a reconocer, responder y recordar para conseguir una homeostasis (equilibrio) duradera y sin efectos colaterales.
Recomendaciones
Estos son algunos de los ingredientes que favorecen una modulación a la respuesta inmunitaria:
– Zinc: en forma de quelato o glicinato, este mineral favorece el mantenimiento de las funciones inmunitarias en condiciones óptimas, a través de su acción sobre la glándula timo.
Participa en la composición de al menos 100 enzimas, relacionadas con la digestión y el metabolismo, mejora y acelera la curación de heridas y quemaduras y actúa en la utilización del azufre por el organismo, entre otras muchas propiedades.
– Vitamina C: vitamina hidrosoluble que aumenta la producción de interferón, aumentando así la respuesta inmunitaria, con efectos antivirales, antibacterianos y antialérgicos.
Participa en la elaboración y mantenimiento del colágeno, disminuye la incidencia de coágulos sanguíneos en las venas, promueve la absorción del hierro y facilita la acumulación del mismo.
Ofrece protección frente a ciertos agentes cancerígenos, como nitrosaminas, promueve el mantenimiento de órganos sexuales, capilares, control del colesterol, dientes y huesos y estimula la formación de tejido conectivo, entre otras cosas. De vital importancia también en enfermedades autoinmunes.
– Lactoferrina: es una glicoproteína multifuncional, que presenta la capacidad de unir hierro. Actúa como proteína de defensa no específica. Se encuentra en diversas secreciones mucosas como la leche, las lágrimas y la saliva. También es un componente abundante en los neutrófilos y puede ser liberada al plasma sanguíneo por la acción de éstos.
La lactoferrina humana y bovina despliega un amplio espectro antimicrobiano, actuando contra las bacterias Gram positivas y Gram negativas y contra algunos virus y hongos. Es la punta de lanza de múltiples tratamientos para el cáncer, poderoso super-antioxidante y potente inmunomodulador.
– Lactoperoxidasa: es una enzima natural, presente en el calostro. Cataliza la reacción química del tiocianato, que también se encuentra de forma natural en el calostro, en presencia del peróxido de hidrógeno.
El producto resultante tiene un efecto bacteriostático en la mayoría de las bacterias, e incluso un efecto bactericida en algunas de ellas, por ejemplo, Escherichia coli.
Una planta medicinal con propiedades diuréticas y detoxificantes, como la cola de caballo, la grama, etc., nos puede ayudar a eliminar más rápidamente restos de una infección.
Se puede tomar todo el año, como suplemento antioxidante y para prevenir bajadas de defensas y múltiples enfermedades.
Si es así, se podría descansar el domingo. La dosis depende de la potencia del producto. Lo normal son de 1 a 3 cápsulas, pudiendo subir en casos de infecciones más graves.
Tener una actitud positiva de cara a la vida; practicar deporte de forma regular; anteponer alimentos crudos, cocinados al vapor o al horno antes que refinados, procesados y fritos; aumentar el consumo de frutas y verduras; consumir agua de calidad y baja mineralización, suprimir o reducir el consumo de lácteos; eliminar totalmente los azúcares refinados, alcohol y tabaco; ingerir carne máximo 3 veces por semana y aumentar el consumo de pescado, sobre todo, el rico en omega 3; son algunas de las pautas que ayudan a un correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Naturópata