A la espirulina se la conoce como alga verde azulada, si bien no es exactamente un alga, sino una cianobacteria del género Arthrospira. Recibe este nombre debido a su forma en espiral.
Crece en lagos alcalinos, poco profundos y de salinidad elevada. Estos son medios muy adversos, por lo que está obligada a absorber y almacenar elementos necesarios para sobrevivir. Y es precisamente este almacenaje de nutrientes de todo tipo lo que la convierten en una fuente de altísimo valor para otros organismos y animales.
Por otro lado, la absorción de los nutrientes contenidos en la espirulina por parte de nuestro sistema digestivo es muy eficiente, debido a que no tiene celulosa en su pared celular, lo que facilita su digestión en comparación con algas verdes como la Chlorella. Es importante resaltar que estudios de toxicidad realizados sobre la espirulina revelan que es inocua para nuestro organismo.
Por todo lo anterior, la OMS la ha catalogado como superalimento.
Naturópata