Tenemos un alimento en nuestra dieta, el cual aun siendo muy habitual se considera cada vez más perjudicial para la salud, este es nuestra conocidísima harina refinada de trigo.
La alta ingesta de productos de harina refinada de trigo provoca estragos en el intestino, ya que está contiene unos niveles de gluten muy elevados debido a la manipulación que de este cereal se ha hecho en los últimos años. Cuando entra en contacto con los intestinos interfiere con el metabolismo y absorción de nutrientes ya que crea una capa que impide que estos se absorban, con lo cual, a la larga el cuerpo va desnutriéndose. Debido a que en el intestino se encuentran la mayor parte de nuestras defensas, no es de extrañar la alta incidencia de enfermedades autoinmunes Artritis, Alzheimer, Lupus, Fibromialgia, Esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, etc. Otra sintomatología derivada de esa mala absorción puede ser, diarreas sin ninguna causa, gases e hinchazón intestinal, dolores musculares vagos. La menor de las reacciones al trigo en una persona es una sensación constante de leve fatiga.
Otro problema, es que tiene un índice glucémico muy elevado con lo cual, aumenta nuestros niveles de azúcar en sangre generando episodios de hambre y antojos incontrolados.
Redactor de Dietética Online.